Los atrevidos del ‘bullpen’

Los Venenciadores de Jerez intentan con humildad recuperar el béisbol en Andalucía, donde tan solo una decena de clubes lucha por dar a conocer este deporte

 

Desde que en 1846 un grupo de jóvenes neoyorquinos crearan un club al que llamaron Knicker Bockers Base Ball Club, el béisbol ha supuesto uno de los pilares del 'american way of life', es decir, el estilo de vida americano, santo y seña de la cultura yanqui. No sólo en territorio Obama es el deporte estrella, ya que países como Corea, Japón o Cuba son auténticas potencias a nivel mundial en este deporte.

De esta isla caribeña llegó a Jerez la familia de Andy Sandoval. 

De origen cubano, este fisioterapeuta y aficionado al béisbol llevó  a cabo hace ya cuatro años un proyecto que le rondaba en la cabeza, crear el primer club jerezano de béisbol. Y así fue. Una mañana de octubre la pradera hípica de Chapín acogió una exhibición para presentar de manera oficial al primer club de béisbol de Jerez, el CD Béisbol Industriales. De aquí surgió el Venenciadores de Jerez, un club que ha recogido el relevo del Industriales Jerez y formado por un par de decenas de jugadores de muchas nacionalidades (Españoles, dominicanos, cubanos, venezolanos…) que luchan por el ascenso a la Primera División Nacional compitiendo, junto con otros cuatro equipos, en la Liga Andaluza Occidental. Y todo, a pesar de los pesares, y siempre teniendo en cuenta las dificultades, tanto económicas como de infraestructura. Y es que no hay que olvidar que el béisbol en esta zona de España ni tan siquiera es un deporte minoritario, es algo menos que eso.

Para hablar de béisbol en España habría que viajar hasta los locos años 60, cuando algunos equipos de fútbol empiezan a darle importancia a este deporte. Así, nacen equipos como el Real Madrid, FC Barcelona o Atléticode Madrid. Antes, esta disciplina deportiva, prohibida en el siglo XIX por el Gobierno español en Cuba –por aquel entonces, colonia española- era algo totalmente desconocido, y todo, a pesar de su condición como deporte al alza en muchos países. En los años 40 el béisbol empieza a hacerse un hueco a nivel oficial. Parece que la pérdida de Cuba ya ha dejado de doler y se crea la Federación Española de Béisbol y Sófbol con poca presencia social, pero con representación andaluza gracias a un delegado de la provincia de Cádiz, el único representante de la región. No sabemos si la llegada de militares estadounidenses motivó el cambio que se iba a producir dos décadas después, pero lo cierto es que a mediados de los 60 surge una buena cantidad de equipos en Andalucía. Sevilla crea la primera liga y aparecen el Medias Rojas, el Instituto de Lenguas Modernas o el Charlie Brown. Fue el inicio de la aparición de muchos clubes, la mayoría de la provincia de Sevilla, que competían entre ellos o bien con militares de las bases de Rota y Morón. 

Los orígenes de los Industriales

El Venenciadores de Jerez Béisbol Club se creó el 24 de octubre de 2010 con el nombre de Industriales Jerez y en abril de 2013 cambiaron su denominación con el fin de defender a la ciudad con un nombre "más representativo". Desde esa fecha forma parte de la Federación Andaluza de Béisbol y están inscritos como club deportivo en el registro de Entidades Deportivas de Andalucía. De esta forma han participado en diferentes torneos amistosos y competiciones oficiales como el I Torneo Internacional de Béisbol de Andalucía (Junio 2013), el Frank Almonte Memorial Baseball Tournament (Octubre 2013), la Copa de Andalucía (Noviembre 2013), el II Torneo Internacional de Béisbol de Andalucía (Febrero 2014), la Liga Andaluza 2014 (entre marzo y mayo) y The Shamrock Classic el pasado mes de junio, entre otros, aunque el hito más importante para este joven club lo logró con el subcampeonato de la Copa de Andalucía hace un par de meses. Sin embargo, no es nada fácil prosperar dentro de un deporte que en Andalucía tan solo cuenta con 500 federados.

“Entrenamos en la pradera hípica porque no tenemos otro sitio”, comenta Adrián Llanes, entrenador y jugador del equipo jerezano, que expone los problemas diarios del club: “Ya hemos hablado con la delegación de Deportes para tener otro sitio, donde también poder jugar los partidos, pero nos dicen que no tenemos disponibilidad, por lo que hemos intentado ponernos en contacto con Urbanismo para poder conseguir un solar abandonado para poder entrenar y jugar en una zona específica”. La respuesta del Ayuntamiento no es nada alagüeña, pero llama al optimismo. La solución pasa por usar un campo de albero llamado a desaparecer, y allí montar su propio diamante de cara al inicio de la próxima liga. Y es que Venenciadores Jerez no tiene dónde jugar y lo hace “de prestado”, jugando como local en campos de otras localidades como Rota, Chiclana o Sevilla.

Sin embargo, desde el club, que por cierto ya le ha abierto las puertas a mujeres y niños, saben de lo difícil que es poder tirar hacia adelante en un deporte que tan solo quiere “entrar en la vida de los jerezanos”, tal y como asegura su entrenador. “Queremos introducir el deporte en nuestra ciudad y que la gente lo conozca y juegue”, asegura Llanes, quien no duda en invitar a todos a que vayan los domingos por la mañana a los entrenamientos para que “disfruten y aprendan” un deporte que en Andalucía poco a poco va abriéndose paso, tanto, que en nuestra región ya existe un campo específico de béisbol.

Según la Federación Andaluza de Béisbol, en nuestra comunidad tan existen una decena de equipos que compite en diferentes niveles, aunque Andalucía no tiene presencia en la División de Honor. El futuro de un deporte tan minoritario como éste en nuestra región no está del todo claro. Sí que existen clubes que comienzan a estar al alza como el CD Benamejí Beisbol de Córdoba, actual campeón de la Copa de Andalucía y el único con campo exclusivo de béisbol. Parece que el esplendor andaluz de antaño está llamado a repetirse con el conjunto cordobés, pero mientras tantos, unos pocos atrevidos intentan desde las categorías inferiores que el béisbol empiece a abrirse camino dentro de una realidad social que por ahora le da la espalda.