El nuevo Imperio (del fútbol)

El éxodo no es condición única del joven español. Las mala situación económica del país no solo ha afectado a la generación más preparada de la historia de España, sino que también ha repercutido en el mundo del fútbol, hasta hace poco intocable por la crisis. Si en 2007 eran 87 los jugadores o entrenadores en el extranjero, a día de hoy ya son más de 180 los que han emigrado.

La última noticia nos llegó del jerezano Dani Güiza, quien se ha marcado cedido al desconocido Johor FC, de la aún más desconocida Liga malaya, posiblemente uno de los campeonatos más jóvenes del mundo (solo 33 años de historia) y con 14 equipos en liza.
Pero la aventura asiática de Güiza no es la primera en la larga lista de futbolistas nacionales que han tenido que hacer las maletas antes de firmar por un equipo de la Liga española. Yeste, Raúl, Tamudo o Luis García, entre otros, ya decidieron marcharse a paíse como Catar, México o Emiratos Árabes Unidos, pero otros han optado por mercado aparentemente más atractivos. Sin ir más lejos,  China se ha fijado en la Liga y equipos como el Guizhou firmó este verano a tres jugadores del Levante: Nano, Rafa Jordá y Rubén Pérez.
Más llamativo es el caso de Josep Gombau.

Este joven catalán de 36 años lleva desde 2009 entrenando al ya conocido como 'Spanish Kitchee' de Hong Kong. Actualmente el equipo es líder en solitario con nueve puntos, pero no está solo, ya que allí tiene al Chino Losada de ayudante después de haber sido jugador en los últimos años y juegan Cancela, Recio, Tarrés, Yago Gónzalez y Díaz.
Gombau no es el único que apostó hace años por hacer del fútbol su vida. Ramon Tribulietx también decidió hacer las maletas en 2008 y hacerse hasta 12.500 kilómetros para ser entrenador de fútbol. Desde 2008 lidera el banquillo del Auckland City de Nueva Zelanda y allí se ha llevado a compatriotas como  Angel Berlanga,Manuel Expósito, Albert Vidal e Iván Díaz.
Desde EE UU a Malasia, de China o Hong Kong a México, pasando por Marruecos, Egipto, Catar o Kasajistán, lo cierto es que en el imperio futbolístico español ya no se pone el sol.