José Luis
Villanueva, el único jerezano en participar en el Tour de Francia, tocó el
cielo del ciclismo profesional al vencer a Claudio Chiappucci
'Le grand ronde', la Ronda Gala, el Tour de Francia ha cumplido 100 años, o más bien podemos decir que ha cumplido su centésima edición. La cita más esperada por los aficionados al ciclismo es centenaria, tan longeva como polémica por culpa del dopaje que recientemente ha protagonizado más titulares que el propio Tour. En estos 100 largos años -realmente son 120, aunque en diez años no se disputó- han sido muchos los protagonistas españoles, desde que en 1910 Vicente Blanco formara parte del pelotón hasta Martín Bahamontes, el primer vencedor patrio, Luis Ocaña, Perico Delgado o Miguel Induráin, leyenda de la cita francesa.
Dentro de
un buen párrafo de nombres propios que han sido, de alguna u otra manera,
protagonistas dentro (y algunas veces fuera) de la ronda gala, siempre queda
algún héroe anónimo, de esos que no salen en grandes titulares, pero que para
ellos queda el haber formado parte de una de las citas veraniegas más esperadas
en el mundo del deporte. Uno de esos protagonistas antagonistas es José Luis
Villanueva, 'El Quillo'. 'El Quillo', que era como llamaban a este ciclista en
su equipo, tenía 26 años cuando Manolo Sáiz y García Quilón, jefes de equipo
del equipo Once, lo llamaron para avisarle que su sueño se hacía realidad; iba
a disputar el Tour de Francia.
José Luis
Villanueva, o 'El Quillo', se convirtió en 1991 en el primer ciclista de Jerez
de la Frontera -y de momento el único- en formar parte de la cita más
importante dentro del ciclismo profesional.Tenía ya 26 años, pero Villanueva
entró a formar parte en el segundo equipo más importante de este deporte,
siempre bajo la sombra de Banesto y ese increíble Miguel Induráin que empezaba
su hegemonía. Ahí estaba 'El Quillo', acompañando en el pelotón a Alex Zulle,
los hermanos Diaz Zabala, Anselmo Fuerte, Marino Lejarreta o Melchor Mauri.
No se puede
decir que para Vilanueva aquello fuera un camino de rosas. Todo lo contrario. A
pesar de haber acabado entre los 50 primeros en la prólogo inicial, al jerezano
se le puso cuesta arriba etapa tras etapa, hasta llegar a Jaca. La montaña pudo
con él. Acabó la etapa como pudo, en el puesto 155, pero tras aquella duodécima
etapa del Tour 'El Quillo' dijo basta. Ese día, el 'Diablo', Claudio
Chiappucci, ya abanderaba su supremacía en la montaña. Esa edición, el italiano
llegó a línea de meta portando el maillot blanco a lunares rojos, ese con claro
acento español en homenaje al anteriormente citado Vicente Blanco, el primer
gran escalador.
'El Quillo'
contra 'El Diablo'
Para
Chiappucci fue una vendetta personal. Él, coronando, Villanueva, arrojando la
toalla. Y es que meses antes Villanueva se había convertido en el jerezano que
venció al Diablo. A sus 20 años había llamado la atención de algunos
entrenadores cuando gana el mitico Circuito de Getxo. Antes había despuntado en
algunas citas, como un ciclista aguerrido, de los que cualquiera quiere tener a
la hora de apretar los dientes y agarrar fuerte el manillar, y eso fue
suficiente para firmar su primer contrato en 1987 con el extinto Kas. Cuando el
equipo español pasa a manos francesas fue la Once, una gran apuesta con
patrimonio nacional, la que llama a 'El Quillo'. Para un ciclista llegar con
poco más de 20 años a un gran equipo como era la Once suponía un problema. La
madurez del ciclista llega más tarde que para otros deportistas, y a Villanueva
le llegó a los 26 años.
Volvamos a
Chiappucci y a su historia personal con Villanueva. Posiblemente el italiano
desconocía a aquel ciclista, pero Murcia le mostró quién era. La VueltaCiclista a Murcia es una de esas citas que muchos ciclistas aprovechan para ir
calentando motores de cara a las rondas más importantes, las del verano, las de
Italia, Francia y España. Era marzo del 91 y un italiano con 'hechuras' de
escalador calentaba motores para dar la sorpresa en la Ronda Gala. Decidió
apostar por la Vuelta a Murcia, que en aquella época solía reunir a grandes
segundos espadas de equipos importantes. Entre ellos, además de Chiappucci,
estaban Virenque, Gorospe, Ekimov e incluso un joven Joan Llaneras... Y 'El
Quillo'.
Era su año,
el de su debut en el Tour de Francia con la confianza de un gran equipo, pero
aquello aún no habia sucedido. Cinco días pasaron, algo menos de 1.000
kilómetros, y solo un segundo puesto. Suficiente para ganar, suficiente para
vencer al Diablo Chiapucci y dejarlo a tres segundos de la victoria. Era un 17
de marzo, y 'El Quillo' se convirtió en el mortal capaz de mandar al 'Diablo'
italiano a los infiernos del ciclismo. Pero duró poco.
Tras no
cumplir con las expectativas en Francia, Villanueva acabó con la Once y se pasó
al Cajastur. Era 1993 y básicamente ahí acabaría su carrera como profesional,
con apenas 28 años y competiendo por libre en alguna ocasión, aunque con menos
ambición que nostalgia. 'El Quillo' había tocado el cielo del ciclismo con la
punta de los dedos, venció en Murcia al que posteriormente se convertiría en
uno de los mejores escaladores de este deporte, pero desapareció. En Jerez, su
ciudad, siguió pedaleando. Allí, los aficionados al ciclismo, y el primer club
ciclista de la ciudad, le rindieron homenaje, convirtiéndose en presidente de
honor del club, aunque también duró poco. No quiere saber nada del ciclismo,
ese deporte que tanto le dio. Complicado dar con él. 'El Quillo' ya no está en
Jerez. Se marchó de la ciudad tras haber intentado ser empresario de la noche,
con algún que otro bar. De lo poco que se sabe de él es que emprendió una
aventura más, en esta ocasión en Almería, pero poco más. Villanueva estuvo
arriba y bajó de nuevo como siempre, pasando desapercibido.
Pero el
pionero del ciclismo profesional jerezano era un repartidor de leche que a corta edad se hacía muchísimos
kilómetros solo para recoger las botellas de leche en Jédula, pedanía de la
serrana y siempre pendiente Arcos de la Frontera, y repartirlas por Jerez. Era
la década de los 40, postguerra dolosa en localidades humildes como la de
Jerez, y Lecherito, que así llamaban a Manuel Domínguez Doña por su profesión,
un negocio familiar de reparto de leche, se hacía, sin darse cuenta,
profesional del ciclismo entrenando cada
día, y madrugando como no lo hacía ningún contemporáneo de su profesión. Y con
más de 50 litros de leche.
Probó
fortuna ya entrando en los 50, sin equipo, porque en esa época en la que el
ciclista tenía que buscarse el alojamiento después de cada etapa, no había
equipos, solo seleciones. Y eso probó 'Lecherito´en Madrid, hacerse profesional
después de muy buenas temporadas a nivel andaluz en las que sorprendía por su
peculiar manera de pedalear. Muy pocos imaginarían cómo fue su entrenamiento
diario hasta llegar a competir. El primer ciclista profesional que dio Jerez se
estrena en la capital en una cita tan glamurosa para la época, como desconocido
para la afición actual; los 6 Días Ciclistas de Madrid. Pedalear junto al
Santiago Bernabéu de finales de los 50 inicios de los locos años 60 y codo con
codo con mitos del ciclismo como Anquetil o Timoner. Entre ellos, 'Lecherito',
que quedó quinto en 1961, año en el que se sorteaba un 600 como 'Gran Premio',
y casi dio por finalizada su carrera. Volvió a Jerez a hacerse con el negocio
familiar, aparcó la bici, ya no hacía reparto, ya no entrenaba, pero lo retomó
40 años después. Ahora, una vez jubilado, es fácil verlo por las carreteras de
Jerez pedaleando, lo que más le gustaba. Es el presidente del Club Ciclista
Jerez, el primero de la ciudad. Antes el cargo lo ocupaba José Luis Villanueva,
pero 'Lecherito' fue el primero.
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